The Economist: es hora de que TikTok corte relaciones con China

Otros países, desde el Reino Unido y Francia hasta Australia, han comenzado a imponer sus propias restricciones. Esta aplicación, que según un parámetro es la más descargada del mundo, pronto podría comenzar a desaparecer de las pantallas. Si quiere permanecer en ellas, TikTok debe cortar relaciones con China.

Algunos temores en torno a TikTok son exagerados. Nadie niega que la empresa recopila muchos datos de sus usuarios. Pero no hay ninguna prueba de que obtenga más datos de lo que reconoce (o incluso más de los que obtienen rivales como Facebook). Si los espías chinos quieren averiguar algo sobre los estadounidenses, la legislación en materia de protección de datos del país es tan laxa que les permite comprarles esa información a terceros. Si se prohíben las aplicaciones chinas que recopilan datos personales, tendrían que prohibirse muchas más, no solo TikTok, lo que privaría a los consumidores occidentales del acceso a algunos de los servicios digitales más dinámicos.

Además, lo cierto es que TikTok le da un flujo positivo de competencia al mercado de las redes sociales, que de otra forma estaría concentrado. Seis de las diez aplicaciones más descargadas el año pasado en todo el mundo fueron creadas por Meta, la propietaria de Facebook. TikTok, que superó a todas y se colocó en el primer lugar, ha traído una oleada de innovación y disrupción que ha beneficiado a los consumidores.

LEA TAMBIÉN: TikTok en Estados Unidos: un futuro incierto y avances tecnológicos globales

Sin embargo, los gobiernos hacen bien en preocuparse y las nuevas medidas severas de Estados Unidos están justificadas. TikTok, que en un principio era una aplicación de videos musicales pregrabados, se ha convertido en una amplia plataforma de medios con más de 150 millones de usuarios tan solo en Estados Unidos.

Para una tercera parte de los adultos estadounidenses de menos de 30 años, TikTok no solo es una fuente de entretenimiento, sino también de noticias. Por lo tanto, sí es preocupante que TikTok tenga vínculos con China, cuyo gobierno aprovecha los medios como una herramienta de propaganda y cuya postura ideológica está en conflicto profundo con Occidente.

La mayoría de los países ya cuentan con leyes que fijan límites en cuanto a la propiedad en el caso de los medios de comunicación antiguos, como la televisión y la prensa (basta preguntarle a Rupert Murdoch, quien se convirtió en un orgulloso ciudadano estadounidense poco antes de adquirir Fox News). La familia reinante de Abu Dhabi hizo una oferta para adquirir el periódico Telegraph, la cual es objeto de un minucioso análisis en el Reino Unido. Una empresa china no podría comprar CNN. En contraste, TikTok gana influencia a gran velocidad.

Es hora de que los gobiernos empleen los mismos razonamientos para regular a los medios nuevos y los antiguos. De hecho, las plataformas nuevas requieren más vigilancia, pues el contenido que producen es ambiguo. La línea editorial de un periódico puede verse en blanco y negro; en cambio, cada usuario de TikTok ve contenido distinto, además de que la empresa no les ofrece herramientas adecuadas a los investigadores para examinar todas sus publicaciones.

Aunque algunos estudios sugieren que existe sesgo (algunos señalan que hay sesgo en la cobertura de TikTok sobre Gaza, por ejemplo), no hay manera de que los extranjeros sepan si el algoritmo de TikTok responde a las preferencias de los usuarios o de alguien de Pekín cuya intención es inclinar la balanza hacia un lado.

LEA TAMBIÉN: TikTok: cuánto miles de millones de dólares valdría la red social

TikTok reconoce que en alguna ocasión bloqueó videos sobre temas como la masacre en la plaza de Tiananmén, pero insiste en que ahora todo es distinto. Ha tomado medidas, muchas y muy costosas, para guardar los datos de los usuarios estadounidenses separados de los de otros usuarios, además de que ha dado acceso a su código para que se realicen inspecciones.

Pero también ha socavado sus declaraciones. Argumenta que vender sus operaciones en Estados Unidos no sería nada práctico, dada su estrecha conexión con el resto del negocio, lo que hace dudar que haya una separación estricta de Pekín, tal como ha dicho. Encima, ha intentado convocar a los usuarios a que apoyen su causa, e incluso a algunos les envió un mensaje en que los instaba a ponerse en contacto con su representante ante el Congreso.

Esa acción tan solo puso de relieve la influencia que tendría como fuerza política; se dice que algunos representantes que estaban indecisos ahora están en contra de TikTok después de que sus conmutadores quedaron abrumados por tantas llamadas. Una serie de escándalos, como la admisión de ByteDance de que sus empleados hurgaron en los hábitos de algunos periodistas estadounidenses en TikTok, tampoco ha ayudado.

El mejor resultado será que sobreviva TikTok. Es una fuente de competencia e innovación… y también de diversión. El proyecto sometido a la consideración del Congreso le permite a ByteDance vender en vez de cerrar el negocio. Si no quiere hacerlo o (lo que es más probable) si China no la deja, ByteDance podría emitir acciones y debutar en bolsa a TikTok en Estados Unidos o en otro país.

Tanto para los estadounidenses como para los ciudadanos de otros países, es mejor tener a TikTok en su pantalla. Pero es hora de que se les apliquen los mismos estándares a los medios nuevos y a los viejos. Para hacerlo, es necesario separar a una plataforma tan grande e influyente como TikTok de la influencia de un país tan manipulador e ideológico como China.

LEA TAMBIÉN: China acusa a EE.UU. de “delincuente” tras voto de ley contra TikTok